Thursday, February 4, 2010

¡Para hacer la guerra, no te andaban pidiendo papeles!

Reflexión sobre algunas prácticas de posguerra asociadas a la izquierda partidaria salvadoreña.
Jornadas Ignacio Ellacuría, Universidad “José Simeón Cañas” -UCA, 4 de febrero 2010

Ralph Sprenkels


El énfasis que muchos analistas tienden a hacer en las interpretaciones de carácter ideológico de la política (sea éstas liberales, marxistas o anti-comunistas) conlleva un riesgo de restar capacidad para documentar, interpretar y entender las prácticas políticas que se dan en el país. Estas prácticas constituyen aspectos fundamentales de cómo vivimos y sentimos la política, y nos tienen mucho que enseñar sobre el carácter de los procesos políticos de la posguerra, la llamada transición política.

El concepto de transición política puede ser un tanto engañoso en el sentido de que ubique el análisis de manera artificial en una especie de continuum político, donde el punto de llegada está establecido: se transita hacia una democracia liberal occidental, o hacia el socialismo, a según la preferencia del analista. Usar estos marcos de interpretación de la política ayudan a mantener un debate (o un impasse?) ideológico y dan herramientas para medir supuestos avances y retrocesos en el proceso político salvadoreño. Sin embargo, poco nos ayudan a entender los fenómenos que viven y reproducen a diario los participantes en los partidos, las instituciones y el juego político.

En base a un trabajo etnográfico que estoy realizando con veteranos de guerra del FMLN, la presente reflexión examina algunas de las formas en que han evolucionado las relaciones y las prácticas políticas al interior de la izquierda salvadoreña. En mi trabajo de campo me relaciono tanto con veteranos que militan actualmente en el FMLN como con los que se han distanciado del partido. Las vivencias, percepciones y actitudes de los veteranos proporcionan una ventana en lo que ha significado la transición política para lo que podría llamarse la “comunidad revolucionaria” que existía en el año 1992, y que en los años posteriores se fue insertando y acomodando a la vida política basada en la competencia por los votos.

Comenzaré por presentar algunos hallazgos preliminares de la investigación de campo relacionados con el tema de las prácticas de la izquierda salvadoreña. ¿Qué tipo de cambios identifican los veteranos en las prácticas del partido de la época de la guerra a la de la posguerra? ¿De qué maneras se relacionan actualmente los veteranos con el partido? Luego presentaré algunas propuestas sobre cómo entender las prácticas identificadas en su contexto. En conclusión haré algunos apuntes sobre las posibles implicaciones de los hallazgos del estudio para las agendas de investigación académica en relación a la izquierda en el país y en el ámbito latinoamericano. 

A través de apuntes etnográficos presentaré aspectos de lo que puede llamarse “un sentimiento de abandono” de parte del partido que existe entre los veteranos combatientes. Luego analizaré algunas características del proceso de conversión del FMLN de una fuerza guerrillera a un partido legalmente constituido y la lógica de los reacomodos que esto conllevó.  Con el acceso del partido a recursos del Estado a partir de sus esfuerzos electorales, se presenta una posibilidad escalonada para algunos veteranos de “re-engancharse” con el partido de diferentes maneras. En esta lógica, las redes partidarias se entretejen con redes sociales de supervivencia, en los peldaños más bajos, y con redes que posibilitan ascenso político y profesional, en los escalafones superiores.

Si bien las prácticas identificadas pueden, de manera general, interpretarse como “clientelistas”, hace falta una especificación más precisa para entenderlas en su contexto. En este sentido propondré dos conceptos que pueden ayudar a explicar las vivencias políticas de los veteranos de guerra: el clientelismo contencioso y la política como experiencia visceral.   

Es importante tomar en cuenta que investigar las prácticas políticas requiere de otras herramientas que las que se usan para investigar la evolución ideológica. La ideología funge a menudo como caballito de batalla, y se expresa en una discusión pública que se sedimenta en discursos, comunicados, publicaciones partidarias etc. Mientras tanto, muchas de las prácticas políticas y partidarias se consideran patrimonio del ámbito interno, cuasi privado de los militantes y de la vida del partido. Documentar y estudiarlas puede requerir un acercamiento personal, íntimo con los actores políticos.

La sobredimensión de lo ideológico en el entendimiento de la política no solamente es una herencia del pasado, sino que también debe entenderse en relación a las funciones instrumentales que cumple la ideología actualmente en la construcción del partido y en la distribución del poder.  En este sentido, la etnografía política puede ayudarnos a ver más allá de los discursos oficiales de los partidos, y aportar nuevas formas de entender y explicar los procesos políticos.